Su nombre era Teodomiro Gutiérrez Cuevas pero se hizo conocido como Rumi Maqui, voz quechua que quiere decir “mano de piedra”, un militar que dirigió un levantamiento contra el gobierno de Oscar Benavides en 1915 exigiendo condiciones de vida dignas para el pueblo indígena. Un año antes, en diciembre de 1914, se había integrado como miembro pleno a la Primera Iglesia Metodista de Lima.
La publicación del libro “La Rebelión de Rumi Maqui” del profesor e historiador Luis Bustamante Otero se sumó en el último año a los autores que han escrito libros sobre este personaje. La investigación histórica presenta la biografía de Gutiérrez Cuevas, su conversión de Sargento Mayor del ejército peruano a líder de una rebelión campesina, su trabajo como subprefecto en Cajamarca y como investigador designado por el Estado para investigar una masacre contra campesinos ocurrida en Azángaro (Puno); y señala también los lazos entre su convicción de fe y militancia metodista y el levantamiento que dirigió.

“¿Hasta qué punto las creencias religiosas de Gutiérrez Cueva lo impulsaron a la acción rebelde?”, se pregunta Bustamante Otero y señala la coincidencia de sus cuestionamientos con los ideales por los que luchaban adventistas y metodistas en la época. “Teodomiro Gutiérrez Cuevas cree en la justicia, en el orden, y piensa que los problemas del campesinado pueden ser solucionados legalmente”, afirmó el historiador a propósito de la presentación de su libro. “Él empieza a relacionarse con Puno como funcionario público desde comienzos de siglo: fue jefe militar, subprefecto en Chucuito y comisionado especial del presidente Billinghurst. Forjó lazos con los líderes campesinos. Luego, toma conciencia de que ese gamonalismo parece inquebrantable y que el Estado no está en condiciones de poner un límite, y decide pasar a la rebelión. Aquí entra en juego también su contacto con el indigenismo, el anarquismo y el activismo cristiano de los adventistas y metodistas de la época”.
El pastor Jorge Bravo, quien reseñó también el levantamiento de Rumi Maqui en su libro «Personajes Inéditos en la Historia de la Iglesia Metodista del Perú» afirma que “…ese mismo año (1914) la Iglesia Metodista conforma una Comisión de Asuntos Indígenas para buscar informaciones sobre la condición de la raza indígena y los medios de mejorarla. Todo ello a partir del conocimiento de las doctrinas de las Sagradas Escrituras”.
Fue el mismo Teodomiro Gutiérrez Cueva quien afirmó su convencimiento sobre las prácticas éticas de la Iglesia Metodista, en su discurso de incorporación a las filas de nuestra iglesia. Este texto fue publicado en «El Mensajero», revista de la Iglesia Metodista Episcopal, Año 1, No. 2, enero 1915, pag. 14-15; según recogió el pastor Bravo. De acuerdo al texto titulado “La influencia de los pastores evangelistas en la educación moral de los indígenas” Gutiérrez dijo al incorporarse al metodismo:
«En el tiempo transcurrido…he podido establecer el contraste (con otras iglesias), y él no ha hecho sino llevar a mi ánimo el profundo convencimiento de la bondad, moralidad y pureza de la enseñanza en la Iglesia Metodista de la verdadera doctrina de Jesucristo conforme al texto del gran libro de las más puras y sabias enseñanzas: La Biblia. Al ingresar gozoso a vuestro seno hago los más fervientes votos al Ser Supremo para que extienda su gracia a todos los que hoy viven sumidos en la más grosera superstición, en la ignorancia y en el oscurantismo, a fin de que abran sus ojos a la luz bienhechora, fecundante y civilizadora del Evangelio». Allí señaló que asistía a la iglesia desde el año 1906. Inicialmente acudió a la Iglesia Metodista de Huancayo y luego participó también en la Iglesia Metodista del Callao.

El libro “La Rebelión de Rumi Maqui” ha sido publicado por el Fondo Editorial de la Universidad de Lima.
El levantamiento que dirigió Rumi Maqui sigue llamando la atención, incluso como antecedente de tradición combativa, en relación a las recientes protestas en Puno. La prensa peruana e incluso internacional de la época en que dirigió el mencionado levantamiento lo vio como alguien que quería restituir el Tahuantinsuyo. Es importante saber y recordar lo que hizo, como ha hecho esta semana Fernando Oshige al mencionar su incorporación a la Primera Iglesia Metodista de Lima, a propósito del 133° aniversario de esta iglesia.