Mucho se ha escrito sobre la historia de Juan Wesley, pero muy poco sobre su teología. Esto es lo que vio el misionero peruano Héctor Laporta Velásquez, quien se dio a la tarea de investigar y reflexionar sobre este tema y analizar también qué diría hoy el iniciador del metodismo. Este año volcó sus estudios y reflexiones en el libro “La teología ecléctica de Juan Wesley”, publicado en México y que, gracias al correo pudimos conocer en Perú.
“En un mundo como el que vivimos de intolerancia y absolutismos y de posturas únicas se hace necesario desarrollar una teología como la que hace Juan Wesley, una teología que dialogue con las distintas posturas y que no se encierre en su posición de ser la única, verdadera y bíblica y que entienda las diferencias teológicas que forman parte de una común herencia dada por Dios a su iglesia”, señala el autor.
¿Y cómo hizo Wesley, en su época, para lograr este diálogo entre distintas posturas? Ahí está su frase: ”En lo esencial, unidad; en lo no esencial, libertad; en todo caridad”.
Laporta vio que, frente a las posturas de su época, por un lado estaba la que lideraban los católicos, que enfatizaban las obras y por otro lado los reformadores evangélicos, que enfatizaban la justificación por la fe y no por obras; Wesley, quien además hizo una revisión exhaustiva de la Escritura, decidió hablar de la de la Gracia preveniente, la Gracias justificante y la Gracia santificante, buscando unir ambas posturas antagónicas en una sola. “Esto va a ser un claro ejemplo de la teología ecléctica de Wesley”, señala.

Y recurre al mismo Wesley para explicar cada una de las tres Gracias: “Wesley ejemplifica la Gracia usando la metáfora de una casa. La Gracia preveniente es el garaje la entrada; la Gracia justificante es cruzar la puerta de entrada y el entrar en la casa es la Gracia santificante”.
No duda en señalar cuál de las tres es la más importante: La Gracia santificante confirma nuestra espiritualidad. Si bien a través de la Gracia justificante accedemos a la vida plena, la Gracia santificante nos permite transformar la vida de este mundo. Y la santificación, como la perfección cristiana en la tradición wesleyana, es la presencia activa del amor de Dios en el mundo y nosotros instrumentos de él”.
Para el autor del libro, la validez de la propuesta de Wesley hoy radica en que propuso una teología menos confesional y más ecuménica e inclusiva dispuesta a dialogar en su sentido más amplio, no obsesionada con la ortodoxia sino dispuesta a la búsqueda de nuevos lenguajes que hablen del amor y la solidaridad “y una forma de ser iglesia que no busque encerrarse en sus cuatro paredes, fuera del mundo, sino que realmente haga del mundo su parroquia”.
El Reverendo Laporta fue ordenado presbítero en Perú en 1985. Trabajó 15 años como pastor en el Perú y luego otros 15 años fue pastor en la Conferencia Metodista de Nueva York (Estados Unidos). Desde 2016 es misionero, de la Junta de Ministerios Globales, profesor del seminario Dr. Gonzalo Báez Camargo y Decano de la Comunidad Teológica de México en ese país y actualmente en la Universidad Bíblica Latinoamericana de Costa Rica. Tiene un doctorado en Teología por el Seminario Unión Teológica de Nueva York.
