En el Centro Poblado El Paraíso, ubicado en la pampa La Carbonera, distrito Nuevo Chimbote, en Ancash; donde viven aproximadamente 200 familias hay un colegio de primaria, un mercado y una iglesia metodista.
Hasta hace poco la Iglesia Metodista del Perú – La Carbonera casi no se distinguía de las viviendas de este centro poblado porque sus paredes, como estas casas, eran de esteras. La obra se inició en el año 2022 como una misión de la Iglesia Metodista del Perú – Villa María, ubicada en Nuevo Chimbote y atiende sobre todo a niños y niñas. Poco a poco fueron llegando los padres y madres y haciéndose miembros.

Hoy la iglesia se distingue nítidamente entre todas las esteras levantadas sobre el desierto sobre la pampa de La Carbonera porque sus paredes ya no son de esteras, ahora son de planchas OSB -tableros hechos de virutas de madera prensadas- y están firmemente fijadas a una base de concreto y fierro. Las planchas están unidas entre sí por esta misma estructura de fierro.
Pero no solo las paredes del templo y los ambientes de la iglesia hacen que la población la identifique, sino también los servicios que presta: en este local se habla de Dios y también se curan dientes, se organizan fiestas para los niños y niñas del lugar, se explica cómo prevenir y atender el dengue…es una iglesia de puertas abiertas para el servicio a la comunidad.
“Aquí son contadas con los dedos de la mano, y aún sobran dedos, las instituciones que pueden apoyar en algo a los pobladores”, afirma Jorge Sánchez Bardales, predicador laico encargado de esta obra.

El milagro de tener un local con paredes más firmes ocurrió gracias a la visita de un grupo de misioneros que vieron la necesidad de apoyar esta obra para ayudar a la comunidad que la circunda: Francisco Tamariz, Tony Martínez, Rafael Alfaro, Angeles Alarcón y Rocío Briones; integrantes de la “Misión Valencia”, quienes estuvieron trabajando en La Carbonera durante 18 días del total de 19 que permanecieron en Perú, del 4 al 23 de febrero.
Ya conocían Chimbote, pues han venido al país 8 veces. Por primera vez su misión fue organizada directamente por la Iglesia Metodista del Perú (IMP), antes venían a través de AFCI España (Embajadores de Cristo Internacional). Se decidieron tras ver el compromiso de la IMP con la obra. El año pasado se logró comprar 2 lotes de terreno de 8 x 20 metros cada uno, conectados entre sí, en La Carbonera gracias al aporte de la tesorería nacional, de la Iglesia Metodista del Perú – Villa María y de la Misión Valencia.

Quienes integran esta misión vivieron, cada uno, su propio milagro al hacer el viaje desde Valencia, en España, hasta La Carbonera. Les pasó de todo, desde la pérdida de bolsos personales con dinero hasta las inundaciones de la DANA, que afectaron a toda la comunidad valenciana el año pasado. Pero todo fue encontrando salidas casi milagrosas y así pudieron llegar y lograr su objetivo de contribuir a que esta iglesia tenga un templo más resistente y funcional para todo lo que se ha propuesto ser: un lugar de servicio al prójimo.
Los trabajos fueron realizados en el plazo previsto. No se contrató a ningún trabajador, ellos mismos cogieron herramientas y cortaron y clavaron las planchas. Los trabajos de soldadura del fierro los hizo un miembro de la iglesia.

Y el templo comenzó a revelar su utilidad antes incluso que terminaran de construirlo. Durante el tiempo en que la misión estuvo en Perú se realizó una campaña odontológica. Y el último fin de semana personal de la Escuela PNP de la zona les visitaron, donaron camarotes y realizaron un show infantil.
Para terminar el templo falta un importante detalle: el techo. Los recursos no alcanzaron para comprar planchas de aluzinc con las que se ha previsto hacerlo. Una malla sigue haciendo las veces de techo. Los hermanos y hermanas de esta iglesia y su predicador laico están convencidos que la oportunidad de hacer este techo llegará como todo lo demás, con mucho trabajo y una dosis de fe en los milagros.