El rol de quienes creemos en la Etapa de Adviento

El rol de quienes creemos en la etapa de Adviento

Es un tiempo de gran anticipación. Se centra en esperar el gran evento, pero ocurre que el gran evento que se anticipa no se realiza completamente en Navidad. Durante el Adviento anticipamos la plena consumación de algo que empezó en la primera Navidad, pero que todavía no se realiza completamente.

La palabra Adviento se deriva del latín “adventus”, que significa “venida”. La forma en que se observaba primero habló de 40 días de arrepentimiento, ayuno y oración en que los nuevos creyentes se preparaban para el bautismo. A menudo, estos bautismos se realizaban el día de Epifanía, que es el día que recuerda la llegada de los magos para visitar a Jesús. Era la celebración de la encarnación de Jesús. Luego los cristianos empezaron a conectar el Adviento no sólo con la encarnación de Cristo, sino con la anticipada segunda venida de Cristo. El Adviento llegó a ser un tiempo para renovar la anticipación y deseo del regreso de Jesús.

Hoy, el Adviento es un período de preparación para ambos “advientos”, las dos llegadas de Jesús.

Y la etapa litúrgica del Adviento es un período y una oportunidad de preparación para la Navidad y la segunda venida de Cristo. Podemos vivir este período siguiendo el color de las velas que se van encendiendo semana a semana, así como vamos predisponiendo nuestros corazones:

Verde de Esperanza

Así como Zacarías y Elizabeth oraron desde muchos años antes de que Dios les diera el hijo que querían y pudieron ser parte del plan de Dios para salvar a su pueblo, así también nosotros tenemos la esperanza de realizar algunos de nuestros sueños aprovechando las oportunidades que Dios nos da.

Preparando el Camino con Justicia

Juan el Bautista exhortó a la gente a arrepentirse y a vivir con justicia, en preparación para la venida del Mesías. Como seguidores de Jesús, tenemos que actuar con justicia en nuestras relaciones con los demás.

Amarilla de Gozo

María se llenó de gozo al escuchar al ángel Gabriel decirle que era la elegida para ser la madre de Jesús y confío en el plan de Dios para su vida y la de su hijo. Al reconocer la presencia de Dios en nuestras vidas, tendremos gozo.

Nace Nuestro Salvador

Dios nos ama y se acerca a nosotros por medio de su hijo Jesús, quien nació en Belén, hijo de María y José. El amor de Dios nos motiva a actuar con amor hacia los demás. El rojo simboliza el amor de Dios.

Dios me da paz

La verdadera paz para la humanidad llegó con el nacimiento de Jesús. Hoy podemos experimentar esa paz recibiendo a Jesús en nuestros corazones.

Es una realidad cruda que en nuestro país existen muchas familias quebradas, donde un asombroso dolor está presente. No nos son ajenas situaciones alarmantes como la corrupción a todo nivel, la delincuencia y la inseguridad ciudadana, trata de personas, trabajo infantil (incremento del número de jóvenes menores de edad económicamente activos), vandalismo juvenil, problemas raciales, pobreza y pobreza extrema, viviendas escasas y poco dignas, educación y salud precarias, etc.

La Palabra de Dios es propicia y está atenta a estas realidades sociales en nuestro país. Como testigos del amor de Dios, quienes hemos declarado nuestra fe tenemos que presentar un mensaje de esperanza, sin ignorar los dolores y también motivando acciones de resistencia y perseverancia a las adversidades actuales y las que vendrán. Impulsemos y mantengamos un espíritu de confianza y seguridad en las manos de Dios, como hizo el sacerdote Zacarías, como hicieron María y José, en un Dios histórico presente en todo tiempo.